“El que iba pa futbolista y se ha quedao en rappa”. Aquel que formó parte de la cantera del Madrid y compartió vestuario con jugadores como Marcos Llorente. El que decidieron llamar como el 10 por excelencia, Diego aka Al Safir.
El rapero de la Sierra es de esos jugadores que van directos a hacer daño, conoce los puntos débiles de los rivales y los explota con gran inteligencia para crear el peligro. Jugador con gran carisma que piensa siempre en la victoria y no cesará en la batalla hasta conseguirla.
Este 2022 la figura de Al Safir continúa firmando grandes actuaciones tras un pasado curso arrasador. Está inmerso en su gira que lo ha llevado por varios lugares de España y con la mente centrada en lo que será su segundo disco “Madrid V” fechado para marzo de este año y del que ya conocemos el primer adelanto llamado “Hare Krishna”, salido hace menos de una semana.
“Con el nombre del Diego, con la remera del Diego, con el diez del Diego, va con los vicios del Diego«

El legado y la influencia de Ronaldo en el fútbol va más allá de la cantidad de goles que metió a lo largo de su carrera. Esa influencia se hizo notar en las botas de futbol. En aquel momento Ronaldo era el jugador referencia y todos querían tener el calzado que tenía el brasileño. De esta manera nacieron las Nike Mercurial R9, unas botas que potenciaban las características del delantero, siendo ultraligeras permitían alcanzar tu velocidad máxima y hacerte creerte que eras O Fenomeno. La gran diferencia era la de la primera frase, Ronaldo actuaba cada domingo en los mejores terrenos de juego del mundo, mientras que los niños que se compraban esas botas o las medio, ya que eran mucho más baratas, lo hacían en campos de arena llenos de charcos, de esos en los que el balón ganaba peso y te reventaba a la hora de saltar a cabeza o recibir un balonazo en el muslo. Si te molaban los tatuajes ese era tu inicio en la cultura ink, las costuras del cuero te acompañarían un buen rato.

El jugador francés es de esos que tienen una calidad impresionante pero muchos pájaros en la cabeza, con una mente más estructurada estaríamos ante uno de los mejores jugadores de Francia en la actualidad. Nasri se crio en el OM, destacó en el Arsenal y de ahí pegó el salto al Man City donde ganó su primer título importante, la Premier League. En la ciudad de Manchester es donde se apreció su cabeza desestructurada y su falta de continuidad, interpolando auténticos partidazos con momentos en los que desaparecía. En 2016, tras esa falta de constancia notable, fue cedido al Sevilla donde dejó gran recuerdo, encontrándose en la cresta de la ola otra vez. Cuando estaba la ciudad de Nervión el francés se sometió a un tratamiento de IV Drip y fue sancionado dos años después por positivo por dopaje cuando ya vestía los colores del Antalyaspor. De ahí se fue al West Ham, tras la suspensión y ahí sufrió tres lesiones que no le permitieron tener continuidad. Tras eso se fue al Anderlecht en el que un viejo conocido como Kompany pretendía devolverlo a su nivel, pero no sucedió lo que se esperaba. Llegó el covid y los retos en el fútbol para Nasri se terminaron tomando a decisión de colgar las botas.

Didier Drogbá, el Elefante, jugador de Costa de Marfil destacado por ser un auténtico delantero tanque. Esa gran referencia que necesitan los equipos arriba. Luchador y con el olfato de gol que tienen los elegidos.
Drogbá comenzó su carrera en el Le Mans, pasó por el Guingamp, pero donde se empezó a forjar su nombre fue en el OM donde llegó a disputar la final de la UEFA en la temporada 03-04, la cual perdió con el Valencia. Posteriormente pegó el saltó al Chelsea donde se convirtió en el jugador africano más caro de la historia al pagar el conjunto de Londres una transferencia de 24 millones de libras por hacerse con sus servicios. En el Chelsea consiguió sus mayores logros llegando a alzarse con la Premier, la FA Cup y la tan ansiada Champions League.

Sin duda es uno de los momentos más icónicos en la historia del deporte del rey. En el mundial de 1986 desarrollado en México se enfrentaban en el Estadio Azteca Argentina e Inglaterra para decidir quien sería el combinado que pasaría a semifinales. Con el partido empatado al comienzo de la segunda parte, Maradona encaraba la frontal del área y decía el balón a Valdano que realizó un mal control, esto despistó al defensa onglés Steve Hodge que realiza un despeje hacía donde nunca se puede hacer, el centro. La inercia de la jugada había llevado a Maradona a una posición perfecta para disputar el salto con el cancerbero inglés. El balón cayó bombeado entre medias del Diego y Shilton que saltaron para llegar antes, en ese salto el Diego extendió su brazo izquierdo y con la manó desvío el balón a la red. De esta manera Argentina se adelantaba en el marcador.
Este partido también es el del famoso gol llamado el Gol del siglo, en el que Maradona coge el balón en el centro del campo y se zafa de todo contrincante para acabar poniendo el balón en la red.

Este gol marcó el nombre de Götze en letras doradas en los mundiales de futbol. En el año 2014, el mundial se celebró en Brasil y a la final llegaron los combinados alemán y argentino. Nadie pudo romper el marcador y el partido se fue hasta la prórroga. En el minuto 113, Schürrle recorre la banda y sirve un balón a Götze que éste baja con el pecho y, sin dejarlo botar, empala al fondo de la red. Un gol que sirvió para que el conjunto germano se alzase con su tercera copa del mundo.

El jugador italiano era un perro de presa, un jugador todoterreno que compensaba su falta de calidad con una intensidad suprema. Miembro de ese Milán que quedó campeón de Europa en el que compartía plantilla con jugadores como Maldini, Nesta, Shevchenko, Pirlo o Rui Costa, Gattusso también fue campeón del mundo con la azzurra en el año 2006.
En 2011 se retiró momentáneamente del fútbol por un problema ocular, volvió en 2012 y ese mismo año anunció su retirada como jugado. Posteriormente continuó su carrera en los banquillos formando parte de equipos como Palermo, Creta, Pisa, Milán, Nápoles y Fiorentina.
Uno de esos jugadores que parecían que bailaban con el balón, con movimientos espectaculares y definiciones antológicas, en una palabra: mágico. En mi memoria se quedó grabado un gol que llegó a formar parte de la introducción de uno de los juegos de la saga FIFA. En él, The Non Flying Dutchman recibía el balón en el borde del área y con un primer toque hacía un control que serviría de autopase para adentrarse en el área y definir a placer.
El jugador holandés debutó en el Ajax, de ahí paso al Inter de Milán y posteriormente al Arsenal donde pasó once temporadas llegando a disputar la final de la Champions que concretamente fue su último partido.

Michel Platiní es considerado por la FIFA como uno de los mejores jugadores del siglo 19. Campeón del Scudetto, la Copa de Europa y la Intercontinental con la Juve y de La Eurocopa con “Les Bleus”, ganó el balón de oro tres años consecutivos. Se caracterizaba, como buen 10, por ser un futbolista elegante, con gran visión de juego y un golpeo exquisito que le convertía en un peligro constante a balón parado. En mente de la afición española queda esa tragada de Arconada en la que el lanzador era casualmente el jugador francés.

Los videos de Joga Bonito TV marcaron a la generación de mediados de los 90 para abajo. En uno de ellos podíamos ver a Ronaldinho en un entrenamiento recibiendo las nuevas Tiempo Legend, unas botas edición especial para el brasileño ganador ese año del balón de oro y cuyas confecciones estaban diseñadas con oro de 24 kilates. Tras ponérselas había que probarlas y para ello Ronaldinho empezó a dar toques y lanzar hacía portería golpeando con el balón en el travesaño y volviendo a recibirlo sin botar. Estas imágenes causaron gran revuelo a la vez que sospechas por si trataba de alguna edición de imagen o efecto visual que permitía el resultado final perfecto.

El niño que se convirtió en leyenda. El Niño Torres fue la gran promesa de ese Atlético de Madrid que bajó al infierno de segunda división en el que estuvo dos años. Al final de ese primer año debutaba el que se iba a convertir en ídolo y referencia de una afición colchonera que lo abrazó como si se tratase de su propio hijo. Al año siguiente, Torres se asentó en el equipo de una manera espectacular disputando 36 partidos, marcando seis goles y logrando el campeonato y por consecuencia, el ascenso.
A partir de ahí la historia está escrita, se tuvo que ir del Atlético entre lágrimas para conseguir aspirar a cotas mayores pero esa despedida no fue para siempre, si no u hasta luego. Tras hacerse campeón de Europa con España, y de la Champions y la Liga Europa con el Chelsea, además de dejar huella en el Liverpool, Torres volvió a casa y consiguió uno de sus sueños, levantar un título con la camiseta rojiblanca. Eso se hizo posible con la Liga Europa conseguida en 2018. Actualmente El Niño forma parte del cuerpo técnico de entrenadores de la cantera del Atlético.

Elegancia, pero de esa que es natural, que se nota, eso era lo que derrochaba Romario, un jugador con un carisma único y una clase innata, capaz de irse a los carnavales de Brasil y desaparecer una semana o de llegar y dejar a todo un estadio callado con sus cualidades futbolísticas. Un definidor excelso con un guante en la bota y un rotor en el tobillo que le permitía ser un auténtico matador en el mano a mano y acabar en gol con resoluciones impresionantes.